Digital HR
Transformation
Atravesar procesos de cambio y transformación personal, es tan complejo como desarrollar capacidades organizacionales. Mutar en un mundo en constante evolución, no es simple. Nuevos hábitos adquiridos durante la cuarenta se volverán parte de nuestra vida cotidiana, sin embargo, reconocemos que no estábamos acostumbrados a vivir y relacionarnos con semejantes niveles de virtualidad y distanciamiento social.
Cambiar no solo requiere un alto grado de introspección para poder reconocer las capacidades y oportunidades de mejora, sino también identificar los niveles de motivación para acceder a lugares no tradicionales de pensamiento. Encauzar el rumbo de los acontecimientos implica alcanzar espacios genuinos de abstracción para poder reflexionar, despojándonos de pre-conceptos, y desacelerando el vertiginoso ritmo de nuestros actos, caso contrario, resultará difícil generar ideas no convencionales.
No cabe ninguna duda que el actual escenario para el desarrollo de negocios desafía las capacidades humanas de adaptación, produciendo entusiasmo y agotamiento en similares dosis. Daría la sensación que algunos cambios, como ser el trabajo remoto; protocolos y esquemas de distanciamiento físico; menor movilidad por viajes, reuniones, capacitaciones y eventos corporativos; y extremos cuidados sanitarios, llegaron para quedarse en el mundo del trabajo.
En este contexto, resulta sencillo comprobar que ciertos procesos desarrollados exitosamente hace no mucho tiempo, hoy sean percibidos como obsoletos. Es más, la crisis se presenta como oportunidad solo para quienes están preparados y logran sortear ciertos obstáculos, caso contrario, no solo profundizan el malestar que sentimos, sino que también socavan los niveles de confianza, sumergiéndonos en terreno pantanoso.
AGILIDAD: habilidad para adaptarse al cambio
Evolucionar requiere abrazar la incertidumbre e idear innovadoras y disruptivas soluciones. Desaprender las formas y conceptos que en algún momento nos marcaron el rumbo del éxito, es tener la capacidad de vaciar nuestro CPU mental y reinventarnos a través de la identificación de nuevos paradigmas. No es posible evolucionar sin asumir riesgos calculados, sin pausar y sin enfrentar de forma inteligente el status quo. Permitir equivocarnos sin estigmatizar modelos de pensamientos, comportamientos y/o resultados es parte indivisible de atravesar cualquier proceso de cambio y/o transformación.
Abocarnos a crear las condiciones en donde las características organizacionales que cada empresa necesita se manifiesten naturalmente; consensuar valores y principios culturales; diseñar metodologías de trabajo y sistemas de reconocimiento; así como también habilitar espacios de diálogo y reflexión para poder entender, re-energizarse y emprender, no serán tareas sencillas, sin embargo, son acciones necesarias para mantenerse a flote de forma saludable y competitiva. Obligarnos a sostener estrategias exitosas diseñadas en contextos previsibles, sin identificar el impacto que produce la pandemia, y sin decodificar los innumerables mensajes que recibimos desde diversos actores del mercado laboral, no parece ser la respuesta más inteligente a un entorno cada vez más ambiguo y dinámico.
Nos encontramos inevitablemente expuestos a lidiar con problemáticas sin precedentes, por lo tanto, innovar ya no es una característica de gestión asociada a los departamentos de Investigación y Desarrollo, o específicamente al área de Marketing. La innovación aplica a todas las personas y cada uno de los procesos de una organización. La nueva normalidad, implica abrazar nuevos modelos de acción y pensamiento.
Gestión organizacional en tiempos de crisis
Bajo estas circunstancias, desarrollar capacidades organizacionales conlleva identificar el potencial que poseen las empresas para conducirse, adaptarse, modificarse y crecer dentro del contexto de negocios donde se desenvuelven, sin embargo, las compañías no se reconvierten homeostáticamente, son las personas las que gradualmente comienzan a introducir sutiles modificaciones, otorgándole pleno sentido a la identidad corporativa que se quiere desarrollar.
Las demandas de las compañías crecen a niveles inusitados. Aunque algunas organizaciones intentan incansablemente no erosionar la calidad de vida de las personas, ni su cultura, en ocasiones resulta complejo fijar límites, desacelerar y evitar las energías corrosivas. Las incesantes presiones por sostener posiciones de mercado, planes de negocios y niveles de rentabilidad se tornan agobiantes, generando ecosistemas de trabajo con altos niveles de fricción y confrontación.
La falta de colaboración y la ausencia de liderazgos participativos producen efectos desfavorables en la calidad de las relaciones humanas, socavando los espacios de construcción de confianza. Progresivamente desaparecen las conversaciones de calidad. Atravesar procesos de cambio y transformación personal, así como también trabajar en el desarrollo de capacidades organizacionales, implica identificar y decodificar las tensiones que emergen de los procesos de transformación. Por eso, nuestro propósito a través de Digital HR South Lab será:
Ayudar a las empresas a crear soluciones de negocio innovadoras y disruptivas, respetando el ADN de cada organización.
Colaborar en la construcción de una cultura de trabajo que permita a cada organización conseguir el impulso para repensar, revitalizar, reaccionar y reinventar su negocio diariamente.
Ayudar a las organizaciones a convertir la tecnología en una ventaja competitiva para su empresa, focalizándonos en las tendencias que afectan la gestión del capital humano, el futuro del trabajo y su fuerza laboral.
Ofrecer acompañamiento a ejecutivos y líderes de equipos en diversas áreas de la organización, diseñando capacitaciones a la medida de sus necesidades.
Ayudar a las empresas a tomar mejores decisiones para su negocio y sus empleados, facilitando el proceso de transformación y cuantificando el impacto de sus decisiones.
Diseñar estrategias para atraer talento en la era digital y traducirlas en acciones concretas, desarrollando propuestas que permitan generar valor.